21 de Mayo 2020 Enfermedades foliares en trigo y su manejo



Por Ing. Agr. Richrad Escudero
Desarrollo Comercial, Rainbow Bolivia
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Las enfermedades fúngicas que afectan al cultivo de trigo se han convertido en un problema generalizado, por la intensidad de sus síntomas y las perdidas en la cosecha. La infección de los hongos y la importancia que puede alcanzar dependerá de las condiciones climáticas favorables para el desarrollo de las mismas durante el ciclo del cultivo de trigo y algunos aspectos fitosanitarios de manejo del cultivo principalmente la elección de la variedad a sembrar, la época de siembra, el sistema de labranza utilizado, la rotación de cultivo y al uso de fertilizantes. Hay que considerar estos aspectos tomando en cuenta la importancia en la utilización de una semilla sana o adecuadamente tratada con un alto poder germinativo que nos asegure el estand de plantas deseados que repercutirá en el número de espigas por metro cuadrado a cosecha.

Elección de la variedad


En la elección de una variedad se privilegia el rendimiento y otras características agronómicas tales como resistencia al desgrane y la resistencia genética del cultivar a las enfermedades.

La resistencia genética a patógenos es parcial en las variedades disponibles aún no se ha alcanzado un nivel satisfactorio. No obstante, existen algunos materiales con susceptibilidad moderada que contribuyen a reducir los efectos negativos de los mismos de manera eficiente.

Así mismo la diversificación de las variedades en la siembra como diferentes ciclos vegetativos favorecen al manejo estratégico contra las enfermedades foliares como las Royas, helminthosporium y pyricularia, esto también resulta muy bueno para reducir los efectos contra las adversidades climáticas de la zona.

Época de siembra


La época de siembra está directamente relacionada con las condiciones climáticas ideales para el desarrollo del cultivo de trigo y con frecuencia esto repercute con el desarrollo de enfermedades foliares unas en mayor severidad que otras como es el caso de las royas, helmnthosporium y pyricularia.

Sistema de labranza y rotación


Las rotaciones y el sistema de labranza son aspectos del cultivo que están relacionados con el manejo de enfermedades. En sistemas de cero laboreo o siembra directa el rastrojo en la superficie, los patógenos pueden mantener un nivel de inoculo importante para el cultivo de trigo, tanto en monocultivo como rotaciones con otras gramíneas de verano como el maíz. La soya es buena alternativa de rotación.

Se debe prestar mucha atención en el control de gramíneas susceptibles a estos patógenos asi como la introducción de aquellos que pueden ser trasmitidos por semilla como Bipolaris soroquiniana, para ello se debe tener en cuenta un buen tratamiento de semilla.

En sistemas de siembra directa con rastrojos en la superficie, la rotación de cultivos es fundamental para alcanzar el potencial de rendimiento del trigo. Aunque en nuestra agricultura no nos ofrece muchas alternativas rentables que se adapten a un sistema de rotación.

Pyricularia grisea en Rottboellia cochichinensis

Uso de fertilizantes


Uno de los componentes principales del rendimiento es sin duda la fertilización, que en nuestro país es fundamentalmente nitrogenada. Un desbalance en el aporte de nutrientes podría crear una condición en la planta capaz de influir en su predisposición a algunas enfermedades. Podemos citar a las royas, el oidio (de escasa importancia en la región) y principalmente la pyricularia (Pyricularia grisea), en las que altas dosis de nitrógeno pueden favorecer el desarrollo de las mismas. Pero, este efecto es menor cuando en la fertilización se considera un adecuado balance de los macronutrientes aportados. Como regla general puede considerarse que un cultivo con un buen estado nutricional, tendrá mayores posibilidades de tolerar o compensar los daños producidos por las enfermedades.

Control químico de enfermedades foliares


La prevención, es la principal y más eficiente herramienta para luchar contra las enfermedades que afectan al trigo. Una evaluación periódica del lote, para seguir la evolución de las mismas y determinar el momento oportuno de control, mediante la utilización de fungicidas, permite evitar que el patógeno se establezca en el cultivo.

El monitoreo de las enfermedades, deberá ser realizado varias veces a los largo del período de crecimiento del cultivo y cada 3-5 días a partir de que el trigo comienza a ser susceptible. Si las condiciones ambientales son muy favorables para la ocurrencia de enfermedades, la frecuencia del monitoreo deberá ser mayor.

El período de riesgo de pérdidas de rendimiento por enfermedades foliares que justifique la protección química comienza en el macollamiento y se prolonga hasta grano masoso. Las reducciones de rendimiento son mayores cuanto más temprano se inicie el desarrollo de una enfermedad. Cuando las infecciones ocurren temprano, las pérdidas se deben a la reducción del número de granos por espiga y del peso del grano, mientras que, en infecciones tardías, el componente afectado es fundamentalmente el peso del grano.

Los fungicidas deben aplicarse tomando en cuenta el momento oportuno ni muy temprano ni tardíamente sino cuando el perjuicio provocado por una determinada enfermedad, alcance el umbral de daño económico, en donde la pérdida de producción, todavía es inferior al costo del tratamiento.

Podemos considerar a la Pyricularia grisea, como la única excepción a la utilización de fungicidas en forma preventiva, debido a que esta enfermedad está muy relacionada con el clima, debiéndose prestar mucha atención a las condiciones ambientales previas a la floración, que son determinantes para que el patógeno, si está presente, infecte al cultivo.

Determinación del momento de aplicación


Las inspecciones al cultivo deben realizarse semanalmente desde la aparición del primer nudo, recorriendo todo el lote en diagonal y tomando muestras en un número representativo del mismo. Se evalúa la severidad en las hojas verdes totalmente desplegadas, entendiendo por tal la proporción del área foliar cubierta por pústulas en el caso de roya de la hoja, o de áreas necróticas con signos del patógeno, cuando se trate de manchas foliares. Una severidad promedio de 2% indica el momento oportuno para la aplicación.

Una de las evaluaciones prácticas que se deben de tomar en cuenta a la hora de mirar nuestro trigo es el parámetro de Incidencia el cual nos dirá si en nuestro cultivo se presenta la enfermedad el cual nos dará la oportunidad de tomar una decisión oportuna para su control.

Consideraciones generales para el control de enfermedades foliares:

  • Identificación precisa de la enfermedad
  • Monitoreo continuo del lote
  • Evaluación práctica de la enfermedad
  • Elección del fungicida adecuado
  • Momento oportuno de aplicación

Rainbow tiene en su portfolio los fungicidas adecuados para el control de enfermedades foliares en cultivo de trigo los cuales se muestran en el siguiente cuadro.